Alguien
debería avisar a los tres cerditos, tan graciosos ellos y distraídos mirando
por las ventanas, que está entrando por la chimenea.
Los Tres
Cerditos es el cuento favorito de Avril, que cumplió un añito hace unos días.
También es el cuento favorito de Carol y le gusta que se lo cuente todos los
días de camino al cole. Menos mal que tengo una inventiva a prueba de bomba
(más de lo que yo pensaba, la verdad) y vamos haciendo pequeñas variantes cada
día para que la narración no sea siempre igual.
Pero
vamos, que no importa si el lobo era ruso y antes de llegar al bosque vivía en
La Estepa, o si la mamá de los cerditos les puso brócoli en el tupper para que
crecieran muy sanos, el tema es que acabaron los tres metidos en la casita de
ladrillos, con un susto de muerte en el cuerpo y con el lobo intentando entrar por la
chimenea.
Es en ese punto donde hemos “hecho la foto”.
Que sí, que los cerditos no me han salido con mucha
cara de susto, pero yo creo que es porque no sabían lo que se les venía encima.
El
texturizado de las paredes y las ventanas lo hice a mano, es decir, que no
utilicé texturizadores porque no había ninguno que me gustara el resultado. Así
que con un poco de paciencia hice los ladrillos y las vetas de la madera.
Las tejas
del tejado están hechas una a una. Las corté con un cortante de galletas
cuadrado y luego las dividía a la mitad porque me gustaba más que quedaran
rectangulares. Las marcas del camino, las hice con las dos partes de una
boquilla Wilton número 3.
Me
encanta como quedó, con esos colores tan alegres y brillantes. Espero que a
vosotr@ también os guste.
Hasta
pronto.
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