Ahora que
ya estamos pensando todos en las vacaciones y con estos calores que tenemos
últimamente, qué largas se hacen las jornadas en la oficina.
Y no te
digo nada si encima tienes que atender al público. Y aún te digo menos si una
de las personas a las que tienes que atender soy yo, que puesta a hacer
preguntas soy como la voz en off del rosco de Pasapalabra. Una tras de otra “non-stop”,
que dirían los ingleses.
Lo peor
de todo es que yo ando muy justita de paciencia así que cuando me topo con
gente que me atiende desde el otro lado de una ventanilla (varias veces) y de
un teléfono (otras tantas) siempre con una sonrisa, aclarándome todas mis
dudas, dándome información, esperando a
que me decida, ¡con lo que yo tardo en decidirme cuando se trata de cosas
mega-importantes!….. no puedo por menos que agradecérselo de alguna manera.
Por eso
he hecho estas galletas tan graciosas, para agradecer a la Secretaria del cole
de Carol lo encantadora y paciente que ha sido conmigo que, insisto, más pesada
no puedo ser cuando se trata de cosas importantes.
Hasta
pronto.