Como os
decía en mi entrada anterior, Zuriñe quería además de los cupcakes para invitar
a sus compañeritos, una tarta para la fiesta con su familia. De todos los
hobbies que tiene Zuriñe, que para sus ocho añitos es una niña muy ocupada, el
que más me gustó fue el ballet.
Además
hacer un tutú y unas zapatillas me parecía un reto a nivel técnico ya que nunca había hecho
zapatos ni plisados, por lo que no me costó mucho tomar la decisión.
La verdad
es que he quedado muy contenta con el resultado. El acolchadito del lateral de
la tarta, que también tenía ganas de probar a hacer, junto con las florecitas
de fondant le acabaron de dar un toque romántico.
Ah, por
si tenéis curiosidad, la “pedrería” del vestido es azúcar cristalizado. Lo compré
en Carrefour y viene en un “set” junto con las bolitas de las flores y de los
tirantes del vestido.
Los
sabores: el bizcocho de fresa y el relleno de buttercream de chocolate, que por
cierto, cada día queda más rica. Voy a tener que patentarla. jajajja
Espero
que os parezca tan bonita como a mí.
Hasta pronto.
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