….”Y
cuando la Princesa besó a la Rana, ésta se convirtió en el Príncipe Azul y
vivieron felices en su castillo por siempre jamás”.
Eso era
en la época en la que se escribió el cuento, pero en las épocas en las que
vivimos… ¿qué es eso de quedarse en su castillo por siempre jamás…? Vaya
aburrimiento, ¿no?
De eso
nada, nuestra Princesa y nuestro Príncipe viven felices en su castillo, sí,
pero cada cierto tiempo se hacen un pedazo de viajecito por su reino (y más
allá), que porque no hay madrastra en este cuento, que si no les pondría un
cesto de manzanas en la puerta cada día para ver si las comían y se dormían
durante cien años.
En esta
ocasión nuestros guapos príncipes se nos van a Las Vegas y a San Francisco y la tartita iba acompañando a los billetes, que eran un regalo de Reyes.
¡Qué suerte! A ver qué nos cuentan de sus aventuras por aquellas tierras.
Seguro que lo pasan fenomenal pero eso sí, si el refrán es cierto, espero que
no cuenten con ganar nada en los casinos. Ya sabéis, “desafortunado en el
juego, afortunado en amores” y ellos, en amores, son suuuuuuuuper afortunados. J
Hasta pronto.
Con cada nueva tarta me asombro más pero es que además están riquísimas.
ResponderEliminarFdo. : el Príncipe
Como se suele decir, salen ricas porque se les pone mucho amor y mucha ilusión. :) Es un placer que me permitáis compartir la emoción de momentos tan especiales con vosotros.
EliminarGracias!!
Te ha quedado monísima, vaya imaginación que le echas a las tartas y la habilidad que tienes que tener para hacer tanto detallito.
ResponderEliminarGracias! Sí, la verdad es que lleva "un ratito" hacer los detalles.. pero luego quedan tan monas que merece la pena. :)
ResponderEliminar