Hola a todos y todas.
Como os anunciaba en mi
anterior entrada, para la segunda fiesta de cumpleaños de Carol, hice una
tarta. El año pasado me dijo que quería que fuera rosa… Este año me dijo que
quería que llevara flores… muchas flores.
Y la idea que me vino a
la cabeza fue la pradera donde vive la abeja Maya. No sé si habéis visto los
dibujos (las que tenéis niños, seguro que sí) pero los de ahora no se parecen
en nada a los que veíamos nosotras cuando éramos pequeñas. Ahora son en 3D y si
en general todo es muy bonito, las flores de la pradera en particular son una
maravilla. Hay tanta variedad de tipos y colores que me imagino la cantidad de
trabajo que habrán invertido en ellas los diseñadores gráficos.
Para hacer mis flores
usé cortantes de margaritas de distintos tamaños. Las rosas las hice pegando
pequeños pétalos de fondant rojo sobre un “botoncito” amarillo. Como veis, en
todos los casos el botoncito es un poco más grande de lo que debería. Es así
porque las flores van clavadas a la tarta con un alambre verde para flores y si
ese botoncito fuera delgadito el alambre acabaría por atravesar el botón y
la flor acabaría sobre la tarta.
Pensé en forrar los
alambres con tira verde de la que usan en las floristerías (se ve en una de las
rositas) pero no me acababa de gustar el efecto así que dejé el alambre tal
cual.
Además hay unas piedrecillas
marrones y el gusano Max saliendo de un tronco hueco.
Ah, por ahí veréis a
Maya y a la Señorita Cassandra también. No son de fondant, son de plástico, de
las que vienen en los huevos Kinder y las tomé prestadas de la estantería de
los juguetes de Carolina. Quedaban perfectas ahí en medio.
Espero que os guste.
En la próxima entrada,
otra tarta Peppa Pig… ¡oink oink!
Hasta pronto
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