Como os anuncié en la
anterior entrada, me quedaba una tarta más para enseñaros antes de las
vacaciones. Es esta, la tarta Frozen para Martina.
¡No me digáis que no
quedó bonita! Sé que sueno poco modesta (por no decir nada), pero es que
a veces pasa que por muy chulo que me lo pueda imaginar, luego queda más bonito
aún y yo me sorprendo tanto como el que más. Y es que, por ejemplo el color:
quería que fuese justo el que ha salido pero no contaba con ello porque en el
paquetito el fondant parecía mucho más clarito.
Os cuento detalles:
El bizcocho lo forré primero
con una tira rectangular de fondant azul para la parte lateral. Luego extendí
fondant blanco, hice un corte irregular simulando los carámbanos y lo coloqué
por encima. De esta forma no teníamos doble capa de fondant en la parte de
arriba de la tarta, que la haría un poco mazacote.
Para hacer las
figuritas de Elsa y Anna, probé una combinación que resultó genial: imprimí una
foto en oblea (lo podéis hacer en casi todas las tiendas especializadas en
repostería creativa) y luego con mucho cuidado la recorté y añadí el pelo de
fondant. Así las caritas y las
expresiones quedaron perfectas y conseguimos las trenzas en fondant que la tía
de Martina quería.
Para darle el toque
finish (como diría mi hermana mayor) un poquito de brillantina. No quedó tan
pegada como era mi intención pues el fondant se secó muy rápidamente por el
calor. Aún así quedó brillantita.
Ah, y qué me decís de
Olaf. Solo le falta hablar jejejejej
El resultado nos
encantó a todos, a mi, a Martina, a su familia y a Carol, que también quería
una para ella así que, para consolarla, le hice una minitartita que nos comimos
el domingo. Ñami ñami.
Pues nada, como he
dicho, esta es la última entrada hasta septiembre. Disfrutad mucho del verano,
sed prudentes si tenéis que conducir y nos vemos a la vuelta.
¡Felices
vacaciones!
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