13 de enero de 2014

¡¡El Jardín de Carol estrena año…. Cargadito de flores!!


Esta tarta se parece mucho a otra que hice hace ya más de un año. En aquel caso era un ramo gigante.



En esta ocasión iba a ser un ramo también pero por el número de raciones que necesitaba, y para que no fuera igual que el de hace un año, pasó de ser un ramo a un tiesto de terracota repleto de hojas y flores.



Lo más dificultoso de esta tarta fue forrar el tiesto ya que al tener distintas dimensiones en la parte alta y en la base, es difícil que se quede lisito y no haya pliegues. Como siempre, el truco es ir ajustando el fondant muy despacito para que se vaya adaptando a la forma del bizcocho.



En realidad no se aprecia mucho, pero en la parte alta del tiesto, justo debajo de las flores, había un rebaje, como habría en un tiesto real, en el que la tierra, que simulé pintando el fondant terracota con pintura marrón comestible, se veía a través de flores y hojas. Así también llevaba un puntito de profundidad que, al ver la tarta al natural, quedaba muy bonito.



Como sabéis l@s que alguna vez os habéis puesto a estas labores, la elaboración de la tarta llevó un buen número de horas, pero como siempre, el resultado es tan bonito, que cuando la acabas y se la entregas a su dueño, sientes que ha merecido la pena.

Hasta pronto.

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