11 de diciembre de 2013

¡¡Este caballo se ha cansado de saltar!!


Creo que puedo decir, sin temor a equivocarme que esta tarta es la que más trabajo me ha dado en toda la historia del blog.



Si todos los caballitos que hice me hubieran salido bien, habría tenido suficientes para poner una escuela de equitación. No os hacéis una idea. Con cada uno que hacía me sentía más frustrada.




¡Encima con fondant blanco, que es tan blandito! Ni siquiera echándole CMC pude conseguir que aquello se mantuviera en pie con un mínimo de dignidad.



Al final, cuando rayaba ya la desesperación, cambié el chip y en vez de un elegante corcel de tobillos finos, pasamos a este simpático percherón de patitas gordas que encima salió un poquito protestón y se negaba a seguir las órdenes de su entrenador, Ignacio, y saltar la valla.



Hombre, más elegante habría sido el caballito saltando la valla, que era la idea de partida, pero no me negaréis que esta versión del caballo original (que en realidad es una yegua de carreras super bonita) es muy graciosa.

Hasta pronto.

2 comentarios:

  1. Muchísimas gracias! La tarta era super chula! Y riquísima! Gracias por el esfuerzo.
    Ignacio

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  2. Gracias a ti. Ha sido un placer.
    Saludos.

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